domingo, 8 de febrero de 2009

Reproduzco en mi memoria, mil veces al día, esa escena, breve, mal iluminada y por demás inoportuna en la que vos, desde aquel inolvidable banco blanco, me miraste. Yo sentí que me miraste, que me clavaste tu mirada y yo te la sostuve, y no recuerdo qué sucedió a continuación, no recuerdo quién de los dos apartó la mirada primero o si alguien se interpuso en nuestro diálogo visual, pero sí recuerdo que no pude olvidar aquel instante, inolvidable y que espero acontezca nuevamente, con otras paredes mirándonos y con el eco de la música y las voces yéndose paulatinamente, para dejarnos sólo a nosotros, a tus ojos, y a los míos.

No hay comentarios:

sos el visitante numero...